miércoles, 12 de octubre de 2011

Precampaña feliz

Érase una precampaña
respetuosa y gentil,
ingeniosa, constructiva...
el votante era feliz.
Había visión de Estado
si tocaba debatir,
al rival no se buscaba
el doblarle la cerviz.
Y Rubalcaba y Mariano
pugnaban en buena lid
sin insultos ni reproches,
sin trincherasm sin fusil,
sin frases envenenadas
ni arranques de jabalí.
Y hasta había consenso
para sacar al país
de esta crisis horrible
que tanto hace sufrir
a tantos españolitos
del uno al otro confín.
Y el resto de formaciones
de la sociedad civil
no buscaban ser bisagra
con la que poder urdir
suculentas alianzas
y con pactos cosenguir
apañar una poltrona
o un cargo de postín.
En suma, que los políticos
nos parecían por fin
gente tan sólo ocupada
en trabajar y servir.
De pronto abrí los ojos
cuando la alarma oí:
era que estaba soñando...
¡Ya me parecía a mí!

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